Cada vez más, en un mundo que va muy deprisa, paramos menos. No tenemos tiempo o eso nos contamos.

Paramos menos a escuchar y escucharnos, a sentir y sentirnos, a ver cómo estamos, qué necesitamos, qué queremos, seguimos con la inercia porque cuesta menos, es más fácil no parar, no pensar, no sentir.

Además, esto es reforzado por el exterior, cuando estamos tristes, por ejemplo, alguien nos puede decir «venga no estés triste», «no merece la pena estar así por eso», «deja de llorar», «lo que tienes que hacer es… Salir, correr, no pensar…».

Esto va haciendo que la forma que tengamos de afrontar lo que nos pasa, sea «desconectar«, desconecto de mi para conectar con otra cosa, y esto tiene sus consecuencias…

¿Qué me pasa?

Pasa que me he desconectado como mecanismo evitativo, he tenido que crear una defensa para seguir tirando y sobrevivir.

Entonces, cada vez tenemos más personas en terapia que llegan con ataques de pánico, ansiedad, tristeza… pero no lo relacionan con nada, no saben qué les está pasando.

Somatizando

Si nuestra cabeza no ha podido parase y atender eso que estaba pasando, si hemos evitado sentirlo, escucharlo, mirarlo… entonces lo guardamos, hacemos todo lo posible para desconectar y durante un largo tiempo incluso lo hemos conseguido, pero no nos sirve para siempre, nuestro vaso se ha llenado y va rebosando, empezamos a somatizar, o lo que es lo mismo, nuestro cuerpo se expresa con síntomas.

Conectando

 Para conectar, necesitamos atender lo que nos pasa, lo que pensamos, sentimos, notamos… y ¿cómo hacemos todo ésto?

Para conectar, son buenas algunas de las cosas que terminan por -AR:

  • ParAR
  • EscuchAR
  • HablAR
  • RespirAR
  • LlorAR
  • DibujAR
  • CantAR
  • AbrazAR
  • ColoreAR
  • NadAR

También nos ayudan algunas de las cosas que terminan por -ER:

  • CorrER
  • LeER
  • AcogER
  • AgradecER
  • AnteponER
  • AprendER
  • AtendER
  • CosER
  • ConocER
  • DefendER

Y en definitiva, cualquier cosa que cuando la hacemos, nos hace sentirnos un poquito mejor, pero OJO, estas cosas ¿también las podemos hacer para desconectar? pues sí, pero las hacemos con esa intención, para desconectar de lo que pienso , siento o noto. Para conectar, necesitamos primero parar para ver qué nos está pasando y luego ver qué necesitamos hacer para calmarnos, entonces, junto con eso que pienso, siento, noto, a la vez (no evitando), lo dibujo, canto, lo respiro.

Entonces, ¿eso que me molesta se irá?

No, el síntoma no se irá todavía porque si está ahí es importante, tiene algo que comunicarnos, sin embargo, nos ayudará a calmarnos y podremos gestionarlo mejor, eso evita que se acumule y salga luego todo junto, cuando ya es bastante difícil abordarlo.

Os dejamos un vídeo sobre regulación emocional que esperamos os sirva, ¡a conectar!

Sentir el síntoma y respirarlo, es enseñarle a entrar y salir.

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